La escuela nace a raíz de la necesidad de mi familia: hace 40 años atrás nació mi hermana más grande, que se llama Fátima. Fatima nació sordo-ciega total; ella no ve ni escucha absolutamente nada y tiene un compromiso cognitivo bastante profundo. Mi mamá tuvo rubiola en el primer trimestre de embarazo, en ese entonces se desconocía el impacto. En la actualidad ya está practicamente erradicada. Mis papás no tenían ayuda ni contención en el país, entonces viajaron a Estados Unidos y Europa a buscar las respuestas hasta que llegaron a una escuela que se llama Perkin school for the blind en EEUU.
Ellos contaban la metodología adecuada para la discapacidad que tenía mi hermana, pero les ofrecieron la capacitación para darle contención y le propusieron que encaren su propio proyecto para otros chicos. Entonces, con la ayuda de muchas personas y empresas, abrieron la institución Fátima con 4 alumnos. Desde ese entonces nos dedicamos a la atención de personas con sordo-ceguera y desde hace unos años trabajamos la discapacidad múltiple de base sensorial.
La cognitiva: todos tienen un retraso cognitivo mayor o menor. Todos los chicos tienen lo que es el sentido de la visión y la audición comprometida. No de manera total. Hay chicos que seguramente te miran y usan lenguajes de señas, pero seguramente ese chico te vea con diferente complejidad, no te ven como vemos nosotros. Tienen la vista comprometida en diferentes grados. Discapacidad múltiple es porque vas a ver chicos que tienen la vista y el oído comprometido y síndrome de Down.
Si fuesen solamente ciegos estarían en una escuela de ciegos, si fuesen puramente sordos estarían en una escuela de sordos. Si están en Fátima es porque las escuelas de discapacidad no pueden dar respuesta a la problemática que tienen los chicos.
Nos manejamos mucho por el tacto y el olfato. Y cuando hay lo que se dice "residuo" visual o auditivo, que es este resto que a veces tienen los chicos, encontramos la forma de explicarles a ellos que lo utilicen de la manera más funcional que puedan.
Trabajamos muy fuertemente la comunicación y la independencia. La escuela está dividida en: nivel inicial (que son los más chiquitos); la primaria (los adolescentes) que es la transición a la vida adulta y después tenemos el taller de adultos. Tenemos todas las edades. Cada uno tiene su programa específico, con una mirada y un abordaje diferente.
Todavía no se dan buenos diagnósticos, le dicen cosas a los padres como "entre una bolsa de papas y este chico no hay diferencia" o "este chico nunca va a poder aprender". La gente no lo hace con mala intención; lo hace por falta de información o ignorancia. Porque la discapacidad como la nuestra, la discapacidad múltiple seguro es el porcentaje más chico dentro de la discapacidad. Pero existimos y esa familia necesita respuesta para eso.
Trabajamos mucho en lo que son donaciones, porque es muy difícil la subsistencia del programa. Necesitamos muchas cosas, y todo lo que pueda sumar es recortar de alguna forma otro gasto para usarlo como sueldo que es lo que normalmente no tenés. Entonces todos los meses Juan Fera nos pregunta que es lo que necesitamos respecto a comida y limpieza y nos manda casi todo a través de la Fundación Marolio. Marolio lo que tiene ese eso, nos manda especificamente lo que los chicos necesitan porque te digo ellos desayunan, almuerzan y toman el té, pero tienen una nutricionista con un menú específico.